EL DIA QUE CASI ABANDONO. CRÓNICA DE UN NUEVO COMIENZO

Tienes un reto, tienes un plan, pero sientes que no avanzas,  que cada vez que intentas  ponerte a ello “pasa algo” que no te deja actuar.

Va pasando el tiempo, y por hache o por be no avanzas hacia tus metas, todo se va retrasando y cada vez te cuesta más tener claridad y pasar a la acción. Cada vez hay más ruido en tu cabeza que no te deja acceder a lo esencial, todo son dudas.

Tienes mucha información, muchas ideas en la cabeza, pero te sientes saturada, no te da tiempo a ponerla en práctica, a poner en marcha lo que desde hace tiempo tienes en mente.

Empiezas a fijarte en lo que hacen los demás, te comparas y sientes que todo el mundo avanza más rápido que tú, que todos consiguen lo que se proponen menos tú, que todos son más organizados, creativos y eficientes que tú…

Cada vez te entran más dudas, más miedos, la confianza en tí se resiente y te empiezas a sentir cada vez más pequeña.

Tanto, que incluso piensas en abandonar…

¿Alguna vez te has sentido así?

Yo sí.

Por eso hoy quiero contarte cómo he vivido y afrontado yo el proceso de cambio en Camino Inverso y en mi rumbo profesional, por dentro y por fuera.

Ya sabes, sin filtros, sin censuras. Para que pueda ayudarte a afrontar tu próximo reto o proceso de cambio. 

Es el post más largo de los que he escrito hasta la fecha, así que elige un momento tranquilo para tí, ponte cómoda y ¡a por él!

Espero que lo disfrutes.


1.- TU PROPOSITO Y TU ZONA DE CONFORT

Lo primero es ser consciente de que esos momentos de dudas, miedo y bloqueo siempre van a aparecer, y más aún cuando nos enfrentamos a un nuevo reto, proyecto o cambio importante en nuestra vida.

Cuando nos enfrentamos a algo nuevo y desconocido estamos saliendo de nuestra zona de confort, y eso a nuestro cerebro no le mola nada, porque lo ve como una amenaza a nuestra supervivencia (“no atravieses los arbustos que puede haber leones al otro lado..”).

Somos seres vivos, y como tal, estamos en continuo crecimiento y evolución, así que siempre va a haber momentos en que nos enfrentamos a nuevas zonas desconocidas,  nuevas experiencias, nuevos retos a superar.

Cuantos más retos superamos, más crecemos y mayores serán a su vez los nuevos retos a superar.

Por otro lado, para solucionar los problemas que nos hacen crecer es necesario subir de nivel, porque no podemos solucionar un problema desde el mismo nivel de conciencia desde el que fue creado.

Y así es como vamos expandiendo nuestra zona de confort, saliendo continuamente de ella para afrontar nuevos retos, descubrir nuevos “tesoros” y “habilidades” que nos harán más fuertes y con más recursos para superar cada vez más obstáculos.

Así es como vamos construyendo nuestra mejor versión, nuestra identidad triunfadora, esa con la que vinimos al mundo y quedó enterrada en capas de miedos, máscaras y vergüenzas.

Eso es, en realidad, vivir con propósito, progresar. 

Cuando eliges no conformarte y salir de tu (dolorosa) zona de confort.

Cuando sientes en lo más profundo de tí que tú has venido a este mundo a algo más que a quejarte de lunes a viernes y desconectar los fines de semana.

Cuando intuyes que hay otra forma de vivir más consciente, más plena, más acorde con quien tú eres de verdad.

Cuando estás decidida a abandonar el piloto automático, a elegir la pastilla roja y a vivir una vida con sentido en la que tú, de forma consciente y libre, decides lo que quieres para tí.

El miedo, las dudas, la confusión, son el precio.

¿La recompensa? Tu realización personal.

Seguro que algo de esto lo has oído mil veces y puede que pienses «sí, sí, muy bonito, ¿pero eso cómo se hace?».

Bueno, pues empecemos a destripar mi historia, seguro que te ayuda con la tuya.


2) REVISA TUS CREENCIAS Y “CAMBIA EL DISCO”

Todo empezó hace ya varios meses.

Tenía la sensación de que no estaba transmitiendo todo lo que tenía en mi cabeza, no tenía mucho tiempo para crear contenido en el blog, ni sabía cómo enfocarlo, pero sobre todo no tenía muy claro hacia dónde y cómo debería evolucionar mi proyecto.  

Esas dudas comenzaron justo cuando decidí apostar al cien por cien por Camino Inverso y convertirlo en mi negocio. Y no es casualidad, porque es precisamente ante los grandes retos cuando nuestra mente enciende el piloto rojo y empiezan a sonar todas las alarmas. 

El caso es que siempre quise vivir de ello. Pero para vivir de ello tenía que generar ingresos suficientes y de forma regular.

Y ahí comenzó mi bloqueo.

 

DETECTA VIEJAS CREENCIAS QUE NO TE SIRVEN

Precisamente por una de esas creencias que padecemos casi todos los que nos reinventamos en el sector del desarrollo personal: ¿cómo voy a cobrar por ayudar a las personas? Y sobre todo ¿cómo voy a cobrar por hacer algo que me apasiona y me llena?

Así que lo primero que hice fue trabajar esas creencias tipo «si disfrutas no es trabajo» o «hay que ganarse el pan con el sudor de la frente», típicas de nuestra educación judeocristiana.

Ese tipo de creencias eran incompatibles con mi nueva identidad emprendedora y mi objetivo de vivir de lo que me apasiona, y eran el origen de otros miedos y conflictos internos que tenía que resolver. 

Para ello me apoyé en mi maravillosa coach, Patricia. Sí, los coaches también tenemos coach, porque por mucho que dominemos la teoría nadie puede ver su propio swing. Ahí está el gran valor del coaching.

Por eso siempre digo que  lo primero que hay que hacer cuando sientes que no avanzas, o que hay algo que no está yendo como tu quieres, es trabajar en tí, mirar dentro de tí.

Revisar  tus creencias, tus miedos, tus inseguridades… Puedes hacerlo por tu cuenta o apoyarte en un profesional, si quieres ir más rápido. Pero hazlo, empieza trabajando en tí.

Después vendrá todo lo demás, la estrategia, los recursos, las herramientas, etc. El máximo activo de tu vida eres tú, más aún cuando tú eres tu herramienta de trabajo, así que eso es lo primero que tienes que cuidar y poner a punto.

Comencé por buscar esos conflictos internos que no me dejaban avanzar. Trabajé una a una las viejas creencias que los sustentaban, y que ya no me servían, y comencé a  crear nuevas creencias más acordes con lo que quería conseguir, con la persona que quería ser.

 

NUEVO PARADIGMA, NUEVAS CREENCIAS

Los cambios se producen mediante repetición, con frecuencia e intensidad, del nuevo «programa mental» que queremos instalar.

Así vamos creando nuevas conexiones neuronales hasta cambiar el “disco” que tenemos en la cabeza. Como si fueran surcos de un vinilo, hay que evitar que la aguja se quede enganchada en un disco rayado (patrón anticuado) y poner un disco nuevo con nuestra mejor canción (patrón ganador). 

Cuando tomamos una decisión que implica crecimiento, y supone hacer cosas distintas  a las que hasta ahora veníamos haciendo, lo primero que asoma es el miedo, que es la forma que tiene nuestro cerebro de avisarnos de un posible peligro.

Y entonces nos paralizamos, huimos o nos volvemos agresivos. Pero en ningún caso avanzamos hacia nuestro objetivo.

Es increíble cómo nuestro subconsciente se aferra a los viejos patrones y conductas conocidas  por más que conscientemente queramos cambiarlos. Cuando sientes que con la lógica lo sabes, pero tu corazón no lo siente. O sea, no lo has interiorizado.

 

ANCLAJE Y REPETICION

Por eso, para conseguir cambios de verdad, la clave está en acceder al cerebro “por la puerta de atrás”: las emociones.

Creando nuevas experiencias que le sirvan al cerebro para crear esos nuevos surcos. Ya sean experiencias directas o visualizaciones (nuestro cerebro no distingue lo real de lo imaginado).

Lo importante es asociar la nueva creencia a esa experiencia; invocar nuestras propias emociones mediante la fisiología y el lenguaje. Y repetirlo una y otra vez con todos nuestros sentidos hasta que la “nueva canción” quede instalada en nuestro cerebro. 

Puedes tirar de visualizaciones, afirmaciones o -mis favoritos- encantamientos. O mejor, una combinación de los tres.

Los encantamientos son afirmaciones que repites con intensidad emocional, metiendo el cuerpo y  eligiendo frases transformadoras del tipo «yo soy». Y después, dale pruebas a tu mente de que esas nuevas creencias son «las buenas». ¿Cómo? Mediante acciones coherentes con la nueva creencia. Mediante nuevos hábitos y rituales, que son los que realmente consiguen reprogramar tu cerebro.

Te puedo asegurar que si lo haces con la intensidad y repetición suficiente podrás ver cambios muy poderosos en tus creencias, hábitos y mentalidad a corto plazo.


3) BUSCA LA ESTRATEGIA

Una vez que tienes tu objetivo claro y tu identidad trabajada, le toca el turno a la estrategia. La hoja de ruta que te llevará de donde estas a donde quieres estar.

Yo quería un cambio de imagen de mi blog, que transmitiera lo que soy y lo que hago ahora, y ofrecer nuevos programas especializados que cubrieran las necesidades concretas de cada fase de mi cliente. Y ello pasaba por definir mi identidad visual, concretar mi propuesta de valor y diseñar nuevos servicios.

Así que contacté con tres grandes profesionales para llevar a la realidad lo que tenía en mi cabeza.

Estaba decidida a quemar las naves, apostar por mi proyecto, y  convertir lo que hasta ahora había sido un “hobby caro”en un negocio sostenible que me permitiera vivir de lo que me apasiona: ayudar, inspirar y acompañar a personas inconformistas y valientes a transformar su vida desde dentro.

Sentía que tenía mucho que aportar y no podía permitirme el lujo de no hacerlo solo porque mis condiciones en este momento no fueran las más favorables.

Ser madre primeriza en el extranjero, lejos de la familia, amigos y compañeros no parece muy compatible con emprender un negocio online, pero eso no iba a frenarme.

Además, contaba con tres grandes profesionales para hacer realidad mi idea.

MI TRIO GANADOR

FALCON MACHINE

Lo primero que necesitaba era crear una servicios diferentes y a la medida de lo que necesitaban mis clientes en sus distintas etapas de crecimiento. Necesitaba alguien que me ayudara a desenredar todas las ideas que tenía en la cabeza y plasmarlas en programas estructurados, definidos por dentro y por fuera.

Esa persona era Marta Falcón. Gracias a Marta y a su “Falcón Machine” conseguí diseñar esos servicios que tenía en mente y puede por fin llevarlos a la realidad.

Aún quedaban varios meses hasta lanzar esos nuevos servicios con la nueva web, pero ya había empezado a ver resultados en mis clientes de coaching, lo que aumentó aún más mi confianza  en mi método y me impulsó con más fuerza a querer llegar y ayudar a más gente.

Poco después pude poner en práctica los programas que había diseñado ofreciendo varias plazas para la versión “piloto”. Lo que me sirvió para validar qué funcionaba y qué había que mejorar.

Mi gran aprendizaje en esta etapa fue muy simple: nada es para siempre, así que apuesta por algo hoy y ve a por todas con ello. Siempre puedes mejorarlo o cambiarlo después.

Todo es mejorable. Lo que está bien para hoy puede que mañana ya no sirva. O puede que decida apostar por otro tipo de servicios, otro tipo de procesos, otro tipo de personas, etc.. Y eso es normal, porque nuestro negocio evoluciona con nosotros.

Pero lo que hay que evitar a toda costa es buscar la seguridad absoluta de que lo que estamos haciendo es justo lo que tenemos que hacer. Hay que dejar de buscar la perfección, la certeza, la opción “buena”, porque no hay una opción buena, sino miles, y todas igual de válidas.

Se trata de evitar la terrible parálisis por análisis.

Porque si nunca empezamos, si no apostamos por lo que queremos hacer ahora y lo hacemos, no habrá nada que mejorar después. Nos quedaremos atrapados en el mundo de las ideas, pasará el tiempo y no tendremos nada.  Y entonces sí sentiremos que hemos fracasado.

Así que aprendí la lección, aposté por lo que vibraba conmigo en ese momento y seguí adelante con ello.

ELENA ALTUNA

Llegaba el momento del diseño de mi marca y los materiales. ¡Mi momento favorito!

Soy una persona muy visual y gran amante de la fotografía, el video y toda forma de comunicación audiovisual en general, así que para mí era una etapa super emocionante.

Además, había confiado en una gran profesional, muy enfocada al sector del desarrollo personal, y una artistaza como la copa de un pino. Desde que conocí a Elena Altuna años atrás sabía que ella sería la creadora de la imagen profesional de Camino Inverso.

Trabajar con Elena fue super fácil y divertido. Con solo unas ideas captó perfectamente la esencia de Camino Inverso y lo que quería transmitir.  El resultado no pudo gustarme más, había dado en el clavo.

Además, me lo puso todo muy fácil para que yo misma pudiera ir creando futuros productos y materiales de comunicación manteniendo el diseño de marca.

Tenía mis nuevos servicios y mi nueva identidad visual. Solo quedaba plasmarlo todo en la nueva web.

Qué nerviosssss…

CARMEN M. RODRIGO

La verdad es que cuando, tiempo atrás, me plantee renovar la web no sabía qué necesitaría exactamente,  y la figura del diseñador web era todo un misterio para mí. Así que decidí dejarme asesorar por Marta y Elena y contacté con Carmen M. Rodrigo.

A Carmen no la conocía de antes, pero cuando tuvimos nuestra primera reunión por Skype supe que era la persona correcta. Y no pude haber tomado mejor decisión.

Carmen es un amor de persona, y te lo pone todo muy fácil.  Al igual que Elena supo captar la esencia del proyecto a la primera, y con su infinita paciencia ante mis innumerables cambios dio vida justo a lo que yo estaba buscando.

Aún recuerdo cuando recibí su email con el primer boceto de la web. Fue un momento super  emocionante y especial para mí, porque por fin estaba viendo materializado lo que llevaba tanto tiempo dentro de mí.

Estaba pletórica, pero una parte de mí empezaba a tambalearse…


4)  CUANDO ESTAS A PUNTO DE ENTRAR EN LA ZONA DE PÁNICO O “A PERRO VIEJO TODO SON PULGAS”

Se acercaba el momento de la verdad, cada vez quedaba menos para lanzar la nueva web y hasta ahora había mantenido la confianza y el entusiasmo a tope.

Y aunque había días que las fuerzas flaqueaban porque no llegaba a cumplir plazos o no podía hacer todo lo que quería antes del día D, en seguida reenfocaba y seguía adelante con la misma fuerza y determinación que al principio.

Pero a principios de año, con la agenda a tope de trabajo, sesiones, creación de contenido, materiales, redacción de textos para la web, fotos, etc. se encadenaron una serie de imprevistos que me impidieron llegar a todo: cierres en la guardería, accidentes domésticos y virus que pasaron por toda la familia hicieron que terminara febrero con menos de la mitad del trabajo cumplido.

Lo que unido al bajo estado de energía en que me había dejado la gastroenteritis hizo mella en mí estado de ánimo.

De repente empecé a cuestionarme todo, a fijarme en los éxitos de los demás, a compararme con gente que estaba en otra etapa mucho más avanzada que yo, a verlo todo inalcanzable, y a dudar hasta de mis capacidades.

Sin darme cuenta empecé a enfocarme en lo que me faltaba, en lo que quería haber hecho y no pude, en lo que otros tenían y yo no. Caí en estado de víctima total.

Es increíble cómo cambia nuestro enfoque y el significado que le damos a las experiencias cuando estamos en un estado emocional negativo. Empiezas a ver cada acontecimiento como algo malo, incluso cosas aparentemente buenas para tí.

En algunos momentos conseguí salir de ese estado y reenfocar mi situación, (¡sabía cómo hacerlo! y tenía a mi coach), y entonces estaba pletórica, llena de energía y con ganas de comerme el mundo. Pero al poco tiempo me saturaba, se me echaba todo encima y volvía a caer en el desánimo y el victimismo.

A todo ello contribuyó, sin duda, la soledad de vivir en un país extranjero, la falta de contacto habitual con personas afines a mí, com mis seres queridos, pero sobre todo, la etapa de la maternidad en la que me encontraba, especialmente difícil para mí.

Llegó un momento que dudé hasta de mi capacidad de ser madre… ¡Cómo no iba a dudar de mi capacidad como emprendedora!

 

5) AUTOEXIGENCIA + EXPECTATIVAS = ABANDONO

El caso es que ahí estaba, en su máximo esplendor, el miedo a ser un fraude, el famoso síndrome del impostor.

Pero aún así, yo no me rendía.

Si algo tengo claro después de tantos años de confusión es cómo quiero vivir mi vida, y eso pasa por compartir mi mensaje y ayudar a cada vez más personas a transformar la suya.  Tener claro mi «para qué» es lo que me hace seguir siempre hacia adelante.

Pero en aquél momento sentía que estaba desconectada de mi propósito, de mi esencia, de mi talento. Todo me costaba un mundo y era un mar de dudas. Ya no fluía como antes. 

El caso es que cuanto peor nos sentimos más nos auto saboteamos. Porque nos enfocamos en las dificultades, en los problemas, creemos que nos somos capaces de hacerlo y acabamos creyéndonoslo.

Nos fijamos más en los demás, en todo lo que hacen ellos y nosotros no podemos hacer; nos comparamos con quien ya ha conseguido lo que nosotros queremos conseguir y eso nos hace poner el foco continuamente en lo que no tenemos, en lugar de fijarnos en lo que ya hemos conseguido y valorar los resultados.

Hubo un momento en que dejé de valorar mis logros, la autoexigencia se coló por una rendija de la autocompasión en la que estaba sumida. Todo lo conseguido me parecían minucias insignificantes, me reprochaba no ser capaz de conseguir más cosas más rápido.

Había entrado en la espiral victimista, y todo me parecía imposible, solo había queja y lamentación, “si estuviera en otro momento de mi vida…“si no fuera mamá…” “si viviera en España…”.

Cuando estamos en modo víctima todos son excusas para no pasar a la acción.

Y a pesar de que las ideas seguían viniendo a mi cabeza no hacía nada con ellas, y morían bajo la lápida de los «ysis» y los «porqués»: «¿y si no gusta?», «¿y si no me sale bien?», «¿y si me equivoco?», no puedo hacerlo «porque no tengo tiempo», «porque no tengo dinero«, «porque no estoy inspirada», «porque quién soy yo para hacerlo»

Fue entonces, aún débil por la gastroenteritis y el ayuno, cuando pasó por mi cabeza la idea de abandonar.

Lo dejo. No merece la pena. Esto no es para mí. Quizá en otro momento…


6) LA IMPORTANCIA DE RECONECTAR CON NUESTRA ESENCIA

Entonces ocurrió una maravillosa sincronicidad y volvieron a mí las palabras de Wayne Dyer en su maravilloso libro “El poder de la Intención”:

«En el universo hay una fuerza inconmensurable, indescriptible, que los chamanes llaman “propósito”, y absolutamente todo lo que existe en el cosmos está unido al propósito por un vínculo de conexión. Te relajas, te agarras a la correa del trolebús y te dejas llevar por la misma fuerza que transforma las bellotas en árboles, las flores en frutos y unos puntitos microscópicos en seres humanos. Agárrate a esa correa del trolebús y crea tu propio vínculo de conexión. Ese «absolutamente todo en el cosmos» os incluye a ti y a tu ser disciplinado, sabio y amante, y todos tus pensamientos y sentimientos. Cuando te entregas, te iluminas y puedes consultar a tu alma infinita. Entonces puedes acceder a la fuerza de la intención, que te llevará a donde crees que estás destinado a llegar.”

Había estado tan ocupada haciendo, haciendo y haciendo (o mejor dicho, «haciendo que hacía»), que no había tenido tiempo para relajarme, para conectar con mi interior, y volver a disfrutar del camino, ese que yo misma había elegido.

Mi auto exigencia y  el miedo a defraudar y la necesidad de tenerlo todo controlado me habían desconectado de mi propósito y de esa “fuerza de la intención”, que antes tan profundamente tenía anclada.

Entonces cerré los ojos, respiré hondo, y me recordé a mí misma por qué estaba haciendo lo que estaba haciendo y dejé de exigirme grandes resultados inmediatos (expectativas) para volver a disfrutar del camino (estándares).

No era la primera vez que me pasaba, ya antes había vivido esa situación, las consecuencias de la autoexigencia, el agotamiento y la desconexión. Pero esta vez me costó menos reconocerlo y tomar las riendas de la situación.

Y es que esta vez no estaba sola en mi proceso de crecimiento. Dejarme acompañar por mi coach es la mejor decisión que he tomado para avanzar más rápido hacia quien quiero ser y lo que quiero conseguir en la vida. 

Así que, después de ese gran «breakthrough»o revelación, una vez tomada consciencia de mi patrón emocional, decidí cambiarlo: 

  • Cambié el foco: de la meta al camino, de mí a las persona a las que estaba ayudando y podía ayudar, de lo que no tenía a lo que ya había conseguido…
  • Decidí dar otro significado a cada situación: me recordé a mí misma que soy eterna aprendiz de maestra y que el fracaso no existe, que a veces ganas y a veces aprendes, y cuanto más aprendes más creces. Que en mis obstáculos está mi crecimiento. Que no voy lenta, sino a mi propio ritmo, aquel que me permite ser fiel y coherente con mis valores y mi propósito.
  • Paré, respiré profundo, conecté con mi cuerpo, relajé los músculos de la cara, de los hombros, me llené de energía… ¡y salté!

Salí del victimismo y volví a conectar con mi parte guerrera. Dejé de lamentarme y empecé a buscar soluciones. Una, dos, tres, cada vez más.

Conecté con mi parte reina, con mi visión, con mis estándares y mis valores.

Y volví a fluir con la vida, a conectar con esa fuerza interior y con mi propósito.

Y entonces, pude volver a escribir. Me senté frente al ordenador y escribí en un solo día lo que no había escrito en meses. Incluido esta crónica.

Porque se que contando mi experiencia puedo ayudar a muchas personas que se sienten como yo me sentía, que piensan que son las únicas que se sienten así y que se machacan por ser como son y sentir lo que sienten.

Y porque una de mis pasiones es hacerlo.

NO HUYAS DE LAS SOMBRAS, PORQUE ES AHÍ DONDE ESTÁ TU VERDADERO CRECIMIENTO

Se que esta no será la última vez que me invada la derrota, el “yo no puedo” y la desconexión, pero también se que cada vez me cuesta menos afrontarla y soy capaz de resolverla con mayor rapidez.

Y se que cuanto más crezco más valor tengo y más valor puedo aportar a los demás.

En eso consiste, para mí, la vida. En aprender de la experiencia, de los momentos malos, y utilizarlos para crecer. Para una misma y para los demás. 

Por eso prefiero destripar mis momentos difíciles y de bajón, porque son los que realmente transforman.

Es en la oscuridad donde encontramos nuestra luz.

 

7) NUEVA ETAPA EN CAMINO INVERSO: SEGUIMOS TRANSFORMANDO VIDAS

Esa especie de catarsis ha supuesto el fin de una etapa y el comienzo de otra en mi vida y en Camino Inverso, que son inseparables.

Y esto es lo bonito de vivir con conciencia y propósito, que nunca dejamos de crecer.  Cada etapa es un nuevo aprendizaje, un nuevo escalón, una nueva capa del SER que liberamos, como las serpientes mudan la piel.

Seguiré escribiendo en el blog, seguiré subiendo vídeos en Youtube, publicando en redes sociales, y enviando newsletters a mis suscriptores.

Seguiré trabajando mano a mano con personas valientes y auténticas que no se conforman y apuestan por sí mismas y por su propio camino, a través de mis procesos individuales de coaching y mentoring.

Y seguiré formándome, creciendo, y buscando nuevas formas de ayudar cada vez a más gente. Porque para eso estoy aquí.

Cada vez con más fuerza, cada vez con más ilusión, cada vez con más determinación.

Ahora por fin estoy en total conexión con mi esencia, con mi propósito y con mi misión, y es una sensación que no cambio por nada. No es un camino de rosas, ya lo ves,  pero es mi camino, por el que aposté hace ya más de 5 años, y en el que seguiré mientras mi corazón me diga que lo es.

Pero eso no significa que mañana decida tomar otro camino, somos cambio y evolución, y eso es lo bonito de la vida: poder elegir.

Yo elijo vivir mi vida. Pase lo que pase a mi alrededor, elijo ser yo.

¿Y tú?

Si estás decidida a apostar por tí y por tu propio camino este es el momento, aquí y ahora. Aunque no sepas cómo hacerlo, ni por dónde empezar, ni si quiera si serás capaz. Lo importante es decidirlo y dar un paso, y luego otro, y otro y otro…

Y si quieres avanzar más rápido estaré encantada de acompañarte en tu proceso de cambio y transformación. O puedes buscar a otra persona si prefieres, afortunadamente cada vez somos más los profesionales que tenemos esta misión: ayudarte a crecer.

Hazlo como quieras, pero si sientes esa campanilla dentro de tí toma acción AHORA.

No dejes para mañana lo que puedes transformar hoy 😉

 

Ejemplo ejemplo
maite@caminoinverso.com

Mujer, madre, emprendedora, coach, blogger, mentora. Quiero ser el camino inverso que quiero ver en el mundo. Te ayudo a reescribir tu historia, a reinventarte personal o profesionalmente, para que empieces a vivir una vida plena, consciente y con sentido, en la que realización personal y profesional van de la mano. Creo en el poder transformador de las pequeñas acciones cotidianas y en el miedo como motor de cambio y crecimiento.

6 Comments
  • Belén
    Posted at 14:54h, 20 abril Responder

    Bravo Maite!

    Sin duda uno de tus mejores posts. Por todo lo cuentas y porque desnudas el alma en cada palabra.
    Me identifico al cien por cien con esos pensamientos y emociones que nos empujan a tirar la toalla. Yo lo he pensado varias veces, pero aunque mi propósito está rodeado de niebla algo debe haber cuando todavía no lo he hecho.

    Un abrazo y ya tienes mi voto en autorrealizarte 🙂

    • Maite Gómez
      Posted at 15:05h, 20 abril Responder

      Gracias Belén!

      Es uno de los posts que más me ha costado escribir, quizá por esa resistencia del ego a abrirme tanto, pero estoy tan convencida de que puede ayudar a otras personas que eso está por encima de mi vergüenza y mis remilgos..

      Si es que siempre pensamos que somos diferentes, que somos bichos raros, o somos «menos» que los demás por tener esos pensamientos y sentir esas emociones, y ¡para nada es así! Lo veo todos los días en mis sesiones.
      Lo que pasa es que nos da vergüenza reconocerlo, pensamos que el hacerlo nos hará débiles, y es justamente lo contrario. No hay nada más poderoso que nuestra vulnerabilidad, porque desde ahí no tenemos máscaras que mantener, somos realmente nosotras mismas y es cuando estamos en disposición de liberar todo nuestro poder.

      Mil gracias por tu comentario, y enhorabuena por seguir adelante a pesar de la niebla. Como dices, algo debe de haber, ¡claro que lo hay! algo muy grande, ni más ni menos que tu esencia queriendo realizarse.

      Un abrazo fuerte y gracias por tu voto 😉 !

  • Elena Altuna
    Posted at 14:03h, 24 abril Responder

    Maite, me encanta lo transparente que eres. Estoy segura de que vas a llegar lejos, solo con todo este curro que estás dándote te lo mereces un montón! A lo largo de todo este camino ya vas viendo que estamos en constante evolución profesional y personal, me ha gustado especialmente que hayas contado todo el proceso sin tapujos, creo que poca gente hoy en día lo hace (de verdad).

    Mil gracias por haber contado conmigo, me hace muchísima ilusión haber sido una pequeña parte de todo este cambio 🙂
    Un beso grande

  • Maite Gómez
    Posted at 19:39h, 24 abril Responder

    Hola Elena,

    eso es lo que veo mucho, que todos pasamos por los mismos momentos, sentimos prácticamente las mismas cosas, tenemos los mismos bloqueos…. pero nos avergüenza reconocerlo, nos da miedo que piensen que somos débiles o poco válidos como profesionales (sobre todo si encima te dedicas al coaching).

    Pero precisamente en nuestra vulnerabilidad está nuestra fortaleza y nuestro valor, en reconocer que no tenemos todo controlado, que dudamos, que tenemos miedos, que nos caemos… y aún así seguimos adelante.

    Mi cruzada es que dejemos de avergonzarnos de nuestras emociones y nuestros pensamientos por muy descabellados que puedan llegar a ser, porque eso no es lo que somos, somos mucho más, y está bien así.

    Gracias a tí por ponerle cara a Camino Inverso, ha sido como dar a luz lo que llevaba tiempo gestando dentro.

    Un besazo!

  • Elena
    Posted at 17:48h, 06 mayo Responder

    Que valiente Maite. Cuantos momentos parecidos he tenido yo… Gracias por ser tan sincera y compartirlo, ese chute de inspiración.. Muchas veces aparecen las excusas y parecen como una pared que es tan difícil romper. Las creencias que atormentan la cabeza. Que puedo hacer, que hago ahora? Eres un ejemplo muy grande que se puede conseguir cuando estas alineada con tus valores tu para que…
    Cuando dispongas de ayuda de los coaches, mentores, todo es mas claro, mas facil. Aunque hay momentos de tormentas, seguimos en el camino. Se que he tenido tomar decisiones y enfrento los retos mas a superar. Creer, confiar, levantarse siempre cuando ves tu sueño con claridad. Te deseo lo mejor y que cada superación te ayuda a subir, elevarse sobre las dudas y miedos. Estamos en el camino y estamos aquí para inspirar y acompañar, para contribuir desde corazón, conectadas a nuestra esencia. Un abrazo bonita y nos vemos pronto.

    • Maite Gómez
      Posted at 09:08h, 07 mayo Responder

      Hola Elena,

      no se si es valiente, pero siento que falta algo de honestidad en el mundo on line y yo no puedo ser de otra manera.

      Todos tenemos esos momentos de bajón, miedos y dudas, y el primer paso para no dejarnos hundir por ellos es reconocerlos, aceptarlos y utilizarlos para crecer. Como siempre digo, el verdadero crecimiento y desarrollo personal no está en ser siempre happy flower y limitarse a»pensar en positivo», sino en morder el polvo cuando toca y sobre todo decidir seguir adelante a pesar de los obstáculos, es más, aprender a crecer «gracias» a esos obstáculos. En el fondo no son más que peldaños en nuestro camino de crecimiento.
      Alguien dijo que la vida nunca nos pone frente a situaciones que no seamos capaces de superar, así que como bien dices se trata de confiar, tener claridad en lo que queremos y levantarnos siempre 😉

      Seguimos en el camino preciosa. Abrazo fuerte!

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